Fragmento extraído de la VARIA DE ARTE publicada en 1983. Autor: J. RIVERA-C RODICIO.
Cuando Gómez Moreno preparó el Catálogo Monumental de la provincia de León en 1906-1908, al visitar la villa de Sahagún incluyó entre sus fichas un breve estudio-descripción de la iglesia mudéjar de Santiago comparándola con la de San Lorenzo del mismo lugar respecto de la cual escribió que era «hermana gemela», a excepción de la torre de la que carecía aquélla.
Esta importante obra de la historiografía española no se publicó hasta el año de 1925 por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, por lo que el patriarca de nuestros estudios histórico-artísticos tuvo tiempo de añadir a la citada ficha la siguiente coletilla: «Volví a ver esta iglesia, medio derribada ya, en 1911»
Más tarde, en 1961, Gaya Nuño, en su estudio sobre edificios españoles desaparecidos, escribió que esta iglesia «prototípica del románico, de ladrillo», se había derribado hacia el año de 1910.
Las noticias referidas hicieron creer que, efectivamente, la iglesia de Santiago había sido derruida en torno a las citadas fechas , y, en parte, tales afirmaciones fueron ciertas ya que debió haber un primer proyecto para llevar a cabo la destrucción y cuando ésta ya se había iniciado se detuvo, quedando buena parte de la construcción en pie, pero la zona conoció una profunda transformación urbanística en pocos años que dio como resultado que varias casas y patios se agregaran a los restos de la iglesia creando una amplia manzana que los enmascaró.
Recientemente se han derribado algunas de estas casas y así se ha podido apreciar que subsiste gran parte de la cabecera de . Santiago. Recorrimos con el mayor detenimiento que pudimos el resto de las casas y patios que rodeaban el perímetro del templo resultando que éste no ha desaparecido en su totalidad, ya que además de lo apuntado se conservan vestigios en los muros que fueron del Evangelio y de la Epístola, todos correspondiendo a las características del estilo Mudéjar.
Afortunadamente, entre los restos aparecidos se encuentran gran parte de los tres ábsides de la cabezera, que muestran la claridad volumétrica, habilidad de conjunción de las masas y excelente organización decorativa que alcanzó la escuela Mudéjar de Sahagún. José María Quadrado, que vio en buen estado esta Iglesia, la describió así:
«...la de Santiago se abstiene de figurar entre sus altivas compañeras; pero en cambio sus ábsides y sus naves compiten, aunque más bajas, con las de San Lorenzo, y debajo de sus pórticos ostenta cuatro nichos ojivales para entierros y una tapiada puerta descrita por varios arcos concéntricos de herradura».
Por los mismos conceptos es también muy interesante la información aportada por Gómez Moreno:
«Es hermana gemela de la de San Lorenzo, salvo la torre, de que carece, sin más diferencias por dentro que faltar perpiaño a la capilla mayor y ser tres los arcos divisorios de cada lado y no tan grandes, sobre todo los primeros. Por fuera hay en el hastial una puerta de arco agudo con impostas, cinco dobladuras, friso de esquinillas y recuadro; el lienzo sur tiene otra puerta, de arco redondo y más sencilla, y a los lados cuatro lucillos, con arcos de una u otra forma, recuadros, etcétera, y la particularidad de que dos de ellos cargan sobre sus sarcófagos, de suerte que éstos permanecen intactos. La cabecera es más ordenada y simétrica en la decoración de sus ábsides, que llevan doble o triple fila de arcos de herradura o semicirculares con esquinillas y recuadros, cornisa de na:ela simple y ventanas pequeñitas en el ábside central. La nave del sur alberga una capillita con bóvcda de crucería de yeso y escudos dentro de coronas en las enjutas, obra del siglo XVI»
Más importante que las referidas es la descripción y estudio que hizo muchos años más tarde José María Luengo utilizando datos y fotografías que había tomado personalmente en 1924
Sólo se conservaban entonces los muros exteriores de todo el edificio. A los pies, hacia el ceste, una gran fachada lisa de ladrillo, con la puerta principal apuntada y compuesta por seis arcos en arquivolta, toda ella encuadrada y rematada con friso de esquinillas, tipo similar al que se seguiría en la iglesia toresana de San Lorenzo. El muro sur presentaba en el centro otra portada menor pero también apuntada, al lado izquierdo dos arcosolios doblados y apuntados y en el contrario igual composición de redondos y con sepulcros de piedra.
El sistema de los ábsides, acoplados como en San Tirso y no independientes como en San Lorenzo, hicieron pensar a Luengo que quizá se construyeran antes que los de la última iglesia sahagunina. Se organizaban con triple orden de bandas, liso el inferior, los superiores con arquería ciega. Se remataban por cornisas «formadas por una faja de ladrillos, puestos a la sardinier con la esquina inferior cortada en caveto recto y no en nacela como afirmó Gómez-Moreno, rematando en una corona de ladrillos puestos a hueso».
Este estudioso leonés llegó a la conclusión de que el edificio se comen- zaría a levantar a finales del siglo XII siendo concluido en el XIII, convirtiéndose, por lo tanto, en un perfecto ejemplar transitorio entre San Tirso y San Lorenzo.
Lo que hoy se conserva, en nuestra opinión, se construiría hacia la mitad del siglo XIII, correspondiendo a la fase clásica de Sahagún, y, efectivamente, los restos prueban que sus autores estuvieron directamente vinculados a lo que realizaron la iglesia de San Lorenzo. La cabeza redescubierta muestra proporciones más reducidas no sólo en planta, sino también en altura.
Se mantienen relativamente los tres ábsides, el que mejor el de ir. Epístola, elevándose hasta el tercer orden de bandas. Los otros dos están el peor estado; el mayor se conserva íntegro hasta el primer cuerpo de ventanas ciegas limitadas por frisos independientes de esquinillas. Un espacio recuadrado marca el eje axial, en el centro del ábside mayor, y a los lados se presenta un orden de arquillos de herradura ciegos, con ritmo de tres, pareados y dobles los que flanquean y sencillo el que concluye con el inicio de los ábsides laterales; el del Evangelio es el más destrozado por la piqueta de comienzos de siglo, ya que sólo se conserva hasta la mitad de la arquería ciega, pero parece que repetiría la decoración del opuesto.
Toda la organización ornamental se inspira en el segundo orden del ábside mayor de San Lorenzo, aunque en proporciones más reducidas.
Otros restos que subsisten se aprecian en el lado norte, donde arranca un tramo de la nave del ábside del Evangelio; se ven allí dos ventanas de herradura doble cegadas con posterioridad a su construcción. En uno de los patios de una casa del costado septentrional se mantienen restos del muro (unos 10 metros), en el que se observan otras ventanas de herradura doble y otras ciegas, así como arranques de muros y contrafuertes, todo en muy mal estado. Igual ocurre con el lado meridional, con vestigios de los arcosolios.
Es de esperar que los importantes restos de esta iglesia perteneciente a la escuela Mudéjar de Sahagún de Campos sean recuperados por nuestras autoridades culturales de manera que puedan ser restaurados y ofrecidos al patrimonio regional y local, que, sin duda, se enriquecerá en gran medida por ello.
--J. RIVERA-C RODICIO.
--J. RIVERA-C RODICIO.
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